Si hay algo que nunca he sabido hacer es abandonar una serie. No importa la calidad de esta o lo mucho que se esté estirando, si la empiezo no puedo dejarla. Con The walking dead esto había llego a límites insospechados, cuatro años de más en el que consumía todos los episodios de cada temporada cuando apenas podía disfrutar un par de ellos, por lo que al llegar a su sexta temporada mis expectativas no podías ser más bajas, pero por una vez mi esfuerzo fue recompensado. 

Continuando la trama de la temporada anterior, Rick y compañía intentan asentarse en la recién descubierta sociedad mientras nuevas amenazas como Los lobos se acercan, además del regreso de Morgan, ese personaje que echaba de menos desde el segundo episodio de la serie. Desde la season premiere ya pude ver que algo había cambiado, si bien argumentalmente no era muy diferente a tantos otros, el primer capítulo traía una estructura diferente que daba aire fresco a la serie. 
Uno de los grandes problemas que siempre me ha indignado es la falta real de peligro, todo me parece artificial e inverosímil. Pero hasta la mid-season esto no es así, acción y suspense por todo lo alto, intercalado por episodios que normalmente me aburrían, ahora con personajes y motivaciones reales me parecían, cuanto menos, interesantes. 


Para lo que no estaba listo era para el episodio que tenían preparado tras el parón de Navidad. No veía The Walking Dead tan grande desde el piloto, todo lo necesario concentrado en 45 minutos. De hecho si cada temporada durara la mitad pero a este ritmo estaríamos ante una gran serie, pero no. Aunque, a pesar de reiterarme (y es que estoy realmente impactado), por una vez las historias paralelas a la acción tenían fuerza dramática que me aportaba algo más que sueño. 
Los personajes nuevos prometen. No se han explorado en esta tanda de episodios pero nos los preparan para lo que está por llegar. Jesús tiene ese toque canalla que puede rebajar la tensión y el clima sobrecargado que saturaba tanto. Por otro lado está Negan. Negan, ese villano que han tardado 16 episodios en presentar para enseñarlo en los últimos 5 minutos de la season finale, y ojo, que me parece perfecto. Dicho episodio me ganó desde el minuto 1, la tensión que se va creando va en un constante crescendo hasta finalizar con un silbido y un bate de béisbol. Mucha indignación por parte de los fans, pero la verdad es que me da absolutamente igual a quién haya aplastado el cráneo. La presentación es cojonuda. Aunque supongo que si has estado viendo los trailers y te has leído el cómic, mucha novedad no hay. Suerte que no sea mi caso. 

Si hace un año me hubieran dicho que esta iba a ser la sexta temporada de The Walking Dead habría sido imposible que me lo creyera. Pero bueno, todos los genios nos equivocamos y agradezco que así haya sido. Si bien en ocasiones pecan de lo que tantas otras veces me he quejado, saben contrarrestar y salir airosos. Hacía años que esta serie no brillaba tanto y rezaré para que mantengan el nivel establecido. Aunque ahora mismo lo único que espero es que ese absurdo y aburrido spin-off coja la fuerza necesaria para arrancar y traer algo nuevo al panorama televisivo. Pero lo dudo. 

Borja Tamayo Martínez

Related Posts

0 comentarios